Las adicciones a la comida consisten en la necesidad de buscar y comer de forma compulsiva determinados alimentos. La persona adicta ingiere grandes cantidades en poco tiempo, aunque ni siquiera tenga hambre.
Es un trastorno psicológico que lleva a una pérdida del control del consumo y a una relación de dependencia patológica. A continuación profundizamos más en sus causas, síntomas y el tratamiento adecuado para superar este problema.
Causas del trastorno alimentario compulsivo
El trastorno alimentario compulsivo puede tener diversas causas y originarse por varios factores. Aunque debes saber que las personas que sufren sobrepeso u obesidad son aún más propensas a padecer una adicción a la comida.
En cualquier caso, un detonante común es una conducta aprendida en el seno familiar. La adquirimos al repetir ingestas que nos resultan placenteras o al utilizarla como una estrategia para afrontar problemas personales. Aquí nos referimos a la soledad, la tristeza o la ansiedad.
Estos estados emocionales nos vuelven más vulnerables psicológicamente a las adicciones a la comida, aunque puede haber otros: disforia, tener depresión, falta de afecto o cariño e incluso sentir una sensación de fracaso personal. También las dificultades en las relaciones familiares, sociales y laborales.
Por otro lado, si no toleramos bien algunos estímulos físicos (como el dolor, la fatiga o el insomnio) y mentales (preocupaciones, disgustos o responsabilidades) crece la probabilidad de desarrollar un trastorno alimentario compulsivo.
Síntomas de la adicción a la comida
- Tener impulsos o deseos de comer, sin que el cuerpo nos lo pida, son las primeras señales.
- Observar una pérdida de control sobre la comida o ciertos alimentos, sobre todo los considerados como fast food, es otro síntoma claro.
- La obsesión por comer está presente en todo momento.
- Recurrir a la comida para aliviar nuestras tensiones psicológicas o los sentimientos negativos que tenemos.
- La negación de la gravedad del problema es un síntoma también común en los adictos.
- Sentir culpabilidad precisamente por estas adicciones a la comida, tras haber experimentado un atracón.
- A raíz de la sensación de sentirnos culpables, aparece el deseo de querer comer en secreto o a escondidas de otras personas para que no nos vean.
Consecuencias negativas del trastorno
- Irritabilidad y cambios bruscos de humor, debido al estado psicológico en el que nos encontramos.
- Sentir un rechazo a nuestro físico o nuestra imagen corporal.
- Presión sanguínea alta o hipertensión por el consumo de alimentos poco saludables con frecuencia.
- Mayor riesgo de padecer diabetes, ya que la mayoría de alimentos ingeridos son de alto índice glucémico y disparan nuestra glucosa.
- Colesterol alto, igualmente derivado de comer en exceso y no alimentarnos adecuadamente.
- Problemas cardiovasculares, musculares e incluso existe la posibilidad de sufrir gastroenteritis.
- Por último, lógicamente aparecen trastornos digestivos por mantener un ritmo tan elevado e innecesario de ingestas. Las adicciones a la comida afectan notablemente al proceso de digestión.
Cómo superar la adicción a la comida
Superar este trastorno alimentario compulsivo es posible. En primer lugar, debemos poner el foco en el origen de la adicción a la comida. Lo más idóneo es que tengamos ayuda de un psicólogo para que inicie el tratamiento más adecuado. Utilizará varias terapias, sesiones de relajación o mindfulness y el apoyo nutricional.
Empezará por una evaluación del paciente con una terapia cognitivo-conductual. Así identificará qué estímulos (emocionales o relacionales) conducen a perder el control sobre el consumo de alimentos. Después, el facultativo tratará de modificar esos pensamientos o sentimientos automáticos que llevan a la excesiva ingesta. También podría usar la técnica EMDR, que consiste en la desensibilización y reprocesamiento a través de movimientos oculares u otros estímulos para tratar desde el origen los efectos de pasados eventos traumáticos.
El objetivo del especialista será buscar y encontrar alternativas más apropiadas para la persona adicta. ¿Cómo? Trabajando el control emocional y de los impulsos, la autoestima, el afrontamiento inadecuado de problemas, la imagen corporal y la gestión de la ansiedad por comer, entre otros aspectos.
Debe adoptar hábitos saludables, a través de la fijación de unos patrones alimentarios regulares y también con el desarrollo de habilidades para planificar las comidas adecuadamente. En este punto, contar con la ayuda de un nutricionista y/o endocrino que pueda guiarnos en el proceso de mantener una dieta saludable puede ser de gran utilidad.
Como ayuda complementaria, también se puede optar por ingerir un complemento natural que nos ayude a regular nuestra función psicológica. G7 Neuro Health, por ejemplo, interviene en el buen funcionamiento del sistema nervioso, gracias a su aporte de silicio orgánico y biotina.
En conclusión, si sigues estas pautas de tratamiento y suplementos es posible superar las adicciones a la comida. Queremos recalcar aquí la importancia que tiene el bienestar general, tanto mental como físico, para que no aparezca este tipo de trastorno. Siempre va a ser mejor prevenir que curar, ¡cuida de tu salud! .
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