La dieta en la hiperuricemia es clave para evitar el empeoramiento de los niveles de ácido úrico en sangre, así como para controlar las crisis de gota.
A continuación te hablamos de los aspectos clave de este trastorno metabólico, para ayudarte a comprenderlo mejor; y repasamos las recomendaciones dietéticas que se deben tener en cuenta.
¿Qué es la hiperuricemia?
La hiperuricemia es un trastorno crónico del metabolismo de las purinas, compuestos que forman parte de los ácidos nucleicos.
A partir de la descomposición de las purinas, como producto final, se forma ácido úrico que es excretado con la orina. Sin embargo, en la hiperuricemia tiene lugar una acumulación anormalmente elevada de ácido úrico en sangre.
Concretamente, se considera que existe una hiperuricemia cuando los niveles de ácido úrico sérico son superiores a 7 mg/dl en hombres y mujeres posmenopáusicas, 6 mg/dl en mujeres premenopáusicas y 4 mg/dl en niños.
Síntomas de la hiperuricemia
Las hiperuricemias pueden dar lugar a la manifestación de diferentes cuadros patológicos, como los cálculos renales de urato, que es sal de ácido úrico (ácido úrico unido a sodio) y la forma en la que precipita o cristaliza; o la gota, más prevalente y conocida.
Muchas personas con hiperuricemia permanecen asintomáticas toda su vida, pero a medida que aumenta el grado y la duración de la hiperuricemia más probable será que comiencen a manifestarse los síntomas.
Por ello, en casos de elevada uricemia y uricosuria (aumento de la excreción de ácido úrico en la orina), se pauta tratamiento aunque no exista sintomatología.
Lo mismo ocurre cuando existen antecedentes familiares de hiperuricemia o se padece insuficiencia renal.
En cualquier caso, el periodo asintomático de este trastorno concluye cuando se produce el primer ataque de artritis gotosa o la formación de cálculos renales de ácido úrico.
Ataque artrítico de gota
El cuadro más común en la hiperuricemia es la gota, donde los síntomas derivan de la precipitación del ácido úrico y la subsecuente formación de cristales de urato.
Estos cristales se forman alrededor de las articulaciones, cartílagos, tendones y ligamentos, así como en áreas periféricas más frías como dedos y orejas.
No obstante, la zona en la que se produce esta precipitación y cristalización con mayor frecuencia es la primera articulación metatarsofalángica del pie, correspondiente al primer dedo o dedo gordo del pie.
Una vez aparece la gota, el síntoma más característico es la inflamación localizada del área afectada, que puede aparecer acompañada de fiebre.
Es importante resaltar que si no se diagnostican y se tratan los ataques artríticos se puede desarrollar gota crónica.
En ese caso aparecen tofos, depósitos de cristales de urato sódico que van destruyendo los tejidos de la articulación y pueden terminar por ocasionar una artritis crónica.
¿A qué se puede deber la hiperuricemia?
El ácido úrico en sangre puede aumentar debido a diferentes causas, pudiendo presentarse de manera aislada o conjunta.
Dos de las situaciones que suelen dar lugar a un incremento de las concentraciones sanguíneas de ácido úrico son:
- Un incremento en la síntesis de ácido úrico
Una síntesis incrementada puede deberse a un problema genético o un mayor metabolismo de las nucleoproteínas debido a patologías hematológicas, como las leucemias.
No obstante, también puede estar asociada a trastornos en los que se produce una muerte celular anormalmente elevada, como la psoriasis; o al seguimiento de dietas
hiperproteicas e hipercalóricas.
Son ejemplos de dietas hiperproteicas la dieta keto o cetogénica y, en menor medida, la paleo o las dietas low carb.
- Una disminución del aclaramiento de uratos
Se considera que una persona presenta una excreción renal de ácido úrico disminuida cuando esta es menor de 250-300 mg en 24 h con una dieta libre de purinas.
Esta es una situación que, por lo general, ocurre en personas trasplantadas de riñón y en pacientes con insuficiencia renal u otras patologías renales.
Además, la hipertensión arterial también se asocia a una baja excreción de ácido úrico.
Otras causas del aumento de ácido úrico en sangre
Además de las situaciones anteriores, existen otros factores que pueden intervenir o potenciar el aumento de ácido úrico, con independencia de que exista un problema metabólico. Entre ellos se incluyen:
- La obesidad
- El consumo de alcohol
- El estrés
- La realización de ejercicio excesivo o muy intenso
- La ingesta elevada de purinas
- Ciertos medicamentos
- La quimioterapia antineoplásica
Cabe destacar que en personas mayores suelen coexistir varios factores o causas de hiperuricemia (insuficiencia renal, consumo de diuréticos, hipertensión, etc.).
Dieta hiperuricemia: ¿qué comer y qué no?
Seguir una dieta adecuada es importante para lograr un control idóneo de la hiperuricemia, así como para mejorar la calidad de vida de la persona afectada.
Algunos aspectos generales a tener en cuenta en la dieta cuando existe hiperuricemia son:
- Una dieta pobre en purinas contribuye a disminuir el nivel de ácido úrico en sangre. Por tanto, es recomendable evitar alimentos ricos en purinas.
- La excreción de uratos disminuye con el consumo de grasas y aumenta con la ingesta de hidratos de carbono, por lo que sería conveniente una dieta moderadamente elevada en hidratos de carbono y baja en grasas y colesterol.
- Si existe sobrepeso, hipertensión o hiperlipidemia, la dieta debe incluir medidas adecuadas para mejorar estos problemas asociados.
Mención especial merecen las dietas hipocalóricas para alcanzar un peso saludable en caso de sobrepeso, además de niveles altos de ácido úrico.
Estas dietas siempre deben ser pautadas por un especialista. Dicho de otra forma, no debemos aplicarnos restricciones alimenticias por nuestra cuenta, pues podríamos empeorar la hiperuricemia.
Por ejemplo, el ayuno prolongado o el estrés metabólico (debido a una escasez de hidratos de carbono, por ejemplo) pueden favorecer que se produzca un ataque de gota.
Al contrario de lo que muchas personas creen cuando piensan en una dieta hipocalórica, es recomendable realizar cinco comidas al día. Además, dicha dieta debe ser rica en frutas, vegetales y lácteos desnatados.
De esta manera, con asesoramiento de un profesional, podremos lograr una reducción del peso corporal, la uricemia y la frecuencia de los ataques de gota.
¿Qué debo comer si tengo hiperuricemia?
Puesto que se asocian con un menor riesgo, en la dieta para la hiperuricemia se permiten y aconsejan los siguientes alimentos:
- Leche y lácteos desnatados
- Huevos
- Frutas y verduras
- Cereales y farináceos (pan, pasta, arroz, avena….)
- Aguas alcalinas o bicarbonatadas
Por tanto, en el caso de una crisis aguda o ataque de gota es conveniente favorecer el consumo de alimentos que no contienen purinas. Además, en una dieta para la hiperuricemia también será clave una correcta hidratación.
Y es que es necesario tomar líquidos de forma abundante, entre 2,5 y 3 litros diarios, para reducir la precipitación de cristales de ácido úrico y propiciar la diuresis y la eliminación de uratos.
Ten en cuenta que es posible mantener una buena hidratación no solo con el consumo de agua, sino también con la ingesta de zumos, sopas, bebidas no alcohólicas e infusiones.
Asimismo es recomendable la ingesta de plantas medicinales depurativas para ayudar a limpiar el organismo y contribuir a la reducción de los niveles de ácido úrico.
¿Qué alimentos se deben evitar en una dieta para la hiperuricemia?
Es importante seguir una dieta sana y equilibrada que incorpore los alimentos mencionados hasta ahora, pero también es esencial evitar aquellos alimentos desaconsejados o prohibidos.
Algunos de los que se asocian con un mayor riesgo de sufrir hiperuricemia y ataques de gota son:
- Carnes rojas (buey, cerdo, cordero y carnes de caza) y vísceras.
- Pavo y ganso.
- Mariscos, sobre todo los mejillones.
- Ciertos pescados, como sardinas, anchoas, trucha y huevas de pescado.
- Patés y quesos muy fermentados.
- Algunas verduras concretas: espárragos, acelgas, coliflor y espinacas, así como las setas.
- Alcohol, en particular la cerveza (ya que es rica en purinas) y otras bebidas espumosas.
Por tanto, dentro de las recomendaciones nutricionales para personas con hiperuricemia se suele prohibir o restringir al máximo estos alimentos que favorecen el aumento de los niveles de ácido úrico en sangre.
No obstante, siempre dependerá del grado de hiperuricemia que se sufra y lo bien o mal controlados que estén los niveles de ácido úrico.
Además de los anteriores, existen otros alimentos que se pueden consumir, pero de forma limitada. Entre ellos se incluyen:
- Carnes y pescados (en general), siendo conveniente priorizar el pescado blanco (lenguado, merluza, gallo…) y las carnes magras (pollo, pavo, conejo…).
- Embutidos, incluido cualquier tipo de jamón.
- Algunas legumbres (judías blancas, garbanzos, lentejas, habas y guisantes secos).
- Azúcares de absorción rápida, como bollería industrial, y fuentes de fructosa, como refrescos y zumo edulcorados.
Dieta, hiperuricemia y calidad de vida
En definitiva, la dieta es un aspecto clave en el control y abordaje de la hiperuricemia; y de ella dependerá en gran medida la calidad de vida de las personas afectadas por este trastorno metabólico.
Si sufres hiperuricemia, consulta con un especialista que pueda asesorarte y ayudarte a seguir una dieta adecuada para tu caso particular.
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