Nuestro organismo, para funcionar de la mejor forma posible, necesita nutrientes. Debemos asegurarnos de que nuestra dieta incluye tanto los macronutrientes como los micronutrientes. En este último grupo se encuentran los minerales. Juegan un importante papel en las diferentes funciones del organismo. Por ejemplo, contribuyen al correcto funcionamiento del corazón y el cerebro; mantienen sanos los huesos, y también son importantes para las enzimas y las hormonas. En este artículo veremos cuál es la función de los minerales y cómo podemos incluirlos en la dieta.
¿Qué son los minerales y por qué los necesitamos?
Del mismo modo que nuestro organismo necesita macronutrientes, como los hidratos de carbono, las proteínas o las grasas, también requiere de minerales. Eso sí, en unas cantidades relativamente más pequeñas. Por eso, se consideran micronutrientes.
Los minerales son nutrientes que tienen importantes funciones para nuestro organismo. Sin embargo, el cuerpo no puede sintetizarlos por sí mismo. Por eso es importante que los incorporemos a nuestra dieta. A grandes rasgos, podemos decir que los diferentes tipos de minerales cumplen tres funciones específicas:
- Función estructural, que consiste en ser parte de los elementos formadores para el crecimiento de las estructuras biológicas que conforman el organismo (como huesos y músculos). Es el caso del calcio o el magnesio, que forman parte del tejido óseo. Por su parte, el hierro es imprescindible para la hemoglobina, la proteína presente en la sangre que le otorga su particular color rojo.
- Función reguladora, es decir, ayudar a regular los procesos corporales (balance de fluidos, contracción muscular, impulsos nerviosos…). Un ejemplo característico es el yodo que mantiene equilibrada a la glándula tiroidea, encargada a su vez de segregar hormonas que controlan el ritmo de un sinfín de actividades del organismo.
- Función de transporte, por la que colaboran en el movimiento de ciertas sustancias de un lugar a otro del organismo. Es el caso del sodio o el potasio que hacen de enlace a través de la membrana celular; o del hierro, que ayuda a transportar el oxígeno.
Existen diferentes tipos de minerales:
- Macroelementos esenciales que el cuerpo necesita en cantidades superiores a 100 mg por día. Es el caso del calcio, fósforo, sodio, potasio, cloro, magnesio y azufre.
- Microelementos esenciales que el organismo requiere en cantidades inferiores a 100 mg por día, como el hierro, zinc y cobre.
- Elementos traza esenciales de los que no requerimos más de 1 mg diario. Por ejemplo, yodo, cromo, molibdeno y selenio.
- Elementos contaminantes que nuestro organismo no puede depurar por sí solo y se convierten en metales pesados neurotóxicos, como el aluminio, plomo, arsénico, mercurio… En este caso, el silicio juega un papel importantísimo porque es el antagonista de estos minerales. Cuanto más silicio tengamos disponible en nuestro organismo, menos metales pesados almacenaremos.
Función de los minerales
Como hemos visto, la función de los minerales es específica según el tipo. Aunque podemos encontrar tres grandes funciones —la estructural, la reguladora y de transporte— cada mineral tiene su propia función en el organismo. Veamos, a continuación, la función de los minerales de forma individualizada.
Macrominerales
- Sodio: es necesario para la contracción muscular y para controlar la presión arterial.
- Cloro: forma parte del ácido estomacal, equilibra el adecuado nivel de líquidos.
- Potasio: actúa en la transmisión nerviosa y la contracción muscular.
- Calcio: imprescindible para la salud de dientes y huesos.
- Fósforo: mantiene el equilibrio acidobásico.
- Magnesio: es necesario para producir proteínas.
- Azufre: está presente en las moléculas de las proteínas.
- Silicio: está implicado en procesos regenerativos a través de la producción de colágeno y de otras moléculas básicas como la elastina. Clave para aportar a los tejidos conectivos la elasticidad y consistencia necesarias.
Microminerales
- Hierro: necesario para el metabolismo de la energía.
- Zinc: necesario para producir proteína.
- Yodo: presente en la hormona tiroidea.
- Selenio: antioxidante.
- Cobre: forma parte de muchas enzimas.
- Cromo: actúa con la insulina.
- Molibdeno: forma parte de algunas enzimas.
Cómo obtener los minerales que tu organismo necesita
Podemos aprovechar todas las funciones de los minerales obteniéndolos con la dieta. Cabe mencionar que, antiguamente, nuestras dietas eran ricas en minerales; sin embargo, debido a la agricultura intensiva cada vez hay menos minerales en nuestras dietas. Por suerte, también podemos suplementar la dieta con productos ricos en minerales. Así nos aseguramos de obtener las cantidades necesarias para la correcta función del organismo. Como apuntábamos, uno de los minerales esenciales para el organismo es el silicio. Tomémoslo como ejemplo de cómo podemos obtenerlo, tanto en la dieta, como en los suplementos disponibles para mejorar nuestro bienestar.
Algunos de los alimentos ricos en silicio son los siguientes:
- Frutas: manzana, naranja, kiwi, mango, fresas, uvas pasas y banana.
- Hortalizas: repollo crudo, zanahoria, lechuga, cebolla, pepino, calabaza, judías verdes o ejotes.
- Proteínas: pollo, salmón, huevos.
- Legumbres: lentejas, garbanzos.
- Pescados: salmón,
- Frutos secos: anacardos.
- Cereales: arroz, arroz integral, pasta, maíz, avena, alfalfa, cebada, soja, salvado de trigo.
Suplementa tu dieta con Silicium
El silicio orgánico es un gran aliado para tu organismo. Se trata de uno de los oligoelementos esenciales para el cuerpo presente en muchos procesos regenerativos gracias a que favorece la producción de colágeno. ¿Sabías que a partir de los 35 años la asimilación del silicio a través de la alimentación se reduce de forma drástica?
Nuestro organismo absorbe solo una pequeña parte del silicio. Esto se debe a que la flora intestinal no sintetiza de la forma correcta el silicio que obtenemos en los alimentos. Las causas son los medicamentos, la permeabilidad intestinal, pero también el abuso de las harinas refinadas, los alimentos procesados, etc.
También influyen los bajos niveles de silicio de los alimentos debido a los monocultivos y la desmineralización de los suelos. El cultivo intensivo de vegetales, granos, legumbres, el uso de abonos sintéticos, plaguicidas, herbicidas, etc. han reducido de forma considerable la flora microbiana del humus. Ese se encarga de solubilizar el silicio de los silicatos del suelo para las plantas. La principal consecuencia es que las plantas tienen menos silicio, lo que hace que sus cutículas se debiliten y sean más vulnerables a las plagas. Utilizar más plaguicidas no hace más que convertir todo el proceso en una espiral nefasta.
Por eso, es buena idea a partir de los 40 años incluir en nuestra dieta un suplemento de silicio orgánico biodisponible y de calidad como:
- Silicium G7 Original 1L Biodinamizado, producto antiedad muy valorado por su acción articular y cutánea.
- G7 Siliplant Biodinamizado 1L, procedente de plantas como el romero, es un factor de bienestar que favorece la formación de colágeno y ayuda a eliminar toxinas.
- Living Silica Hydrolyzed Collagen, potenciador natural del colágeno. Una poderosa mezcla en polvo que puedes mezclar con agua o tu batido favorito. Contiene colágeno hidrolizado, silicio, ácido hialurónico, vitamina C, biotina y acacia.
Silicium G7 Original Biodinamizado
Silicium G7 Siliplant Biodinamizado
Living Silica Hydrolyzed Collagen
Como ves, el silicio es un gran aliado del organismo que te ayuda a aprovechar al máximo la función de los minerales, concretamente la del silicio. Recuerda que además del silicio orgánico, puedes decantarte por otros productos que incluyen otros minerales, como Orgono Articomplex (incluye magnesio y zinc), G7 Beauty (con selenio), G7 Activ+ (con magnesio). ¡Ayuda a tu organismo con un plus de minerales!
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