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Nutrición integrativa: la clave para sentirse bien

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¿Has oído hablar de la nutrición integrativa?¿Cuánta importancia le das a la nutrición? Estamos seguros de que dedicas esfuerzo a elegir lo que comes; pero quizás no te has planteado cómo de importante puede ser para sentirte bien. Queremos ofrecerte un nuevo enfoque: una alimentación más natural, nutritiva y reguladora. Porque nuestro organismo debe nutrirse con los alimentos adecuados. Somos lo que comemos y de la nutrición depende en buena medida nuestra salud.

En este artículo queremos hablarte de la nutrición integrativa. Se trata de una parte de la medicina integrativa que pone el foco en la alimentación como forma de prevenir las enfermedades y , aún más importante, fomentar la buena salud. ¿Quieres saber cuáles son sus beneficios y los principios que la rigen? Sigue leyendo.

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La medicina y la nutrición

La medicina integrativa aúna medicina convencional y medicina natural para poner a disposición de los pacientes todos los instrumentos que pueden ayudarlos. Este tipo de medicina se basa en atender aspectos globales del individuo: fisiológicos, psicológicos, nutricionales y sociales. Por este motivo se dice que se trata de una disciplina holística.

En la medicina y nutrición integrativa, el contexto del paciente, así como las circunstancias que lo determinan son muy importantes. En este sentido, se tiene muy presente que el estrés físico y emocional y el ritmo ajetreado en el que vivimos provocan un desgaste de nuestras células. Este desgaste podría convertirse en una enfermedad más o menos grave.

Además, hay otros factores que intervienen en nuestra salud a lo largo de los años, tales como haber recurrido a la medicación desde pequeños, la contaminación ambiental a la que regularmente estamos sometidos, y el empobrecimiento de los suelos a causa de los químicos y pesticidas, que hace que los alimentos que ingiramos no tengan la misma calidad que años atrás. Hoy en día, podríamos decir que estamos sobrealimentados, pero no lo suficientemente nutridos. 

En este contexto, la nutrición integrativa es la que trata de equilibrar el funcionamiento de las células para prevenir y tratar enfermedades futuras.

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¿En qué consiste la nutrición integrativa?

La nutrición integrativa no es más que un tratamiento natural que no es agresivo para nuestro organismo y que puede mejorar patologías comunes como:

  • Dolor articular o muscular
  • Trastornos digestivos
  • El síndrome de la fatiga crónica
  • El colesterol alto
  • Hipertensión
  • Alergias
  • Migrañas o dolores de cabeza
  • Ansiedad y depresión

Los tres principios básicos de la nutrición integrativa

  1. Elegir alimentos lo más naturales posible. Es decir, aquellos a los que no se les añade ningún componente ni han recibido un tratamiento industrial. Así, podemos afirmar que dentro de este grupo están los alimentos frescos como las frutas, verduras, legumbres, semillas, frutos secos, carnes magras, pescados, mariscos, huevos… Este tipo de alimentos los encuentras en el mercado de toda la vida —mejor si son de producción local y sostenible—.

Este tipo de alimentos tienen una vida útil más corta; es decir, se dañan rápido y algunos, solo son seguros si se cocinan. Por eso, también se producen alimentos con un mínimo procesamiento que facilita su almacenamiento. Son alimentos como los mencionados antes, pero que sufren algún tipo de proceso —se lavan, pasteurizan, fermentan, esterilizan, congelan, envasan…—. En este grupo están los lácteos, el pan, el aceite…

El resto de alimentos que encuentras en un supermercado se pueden considerar ultraprocesados, ya que además de necesitar varios procesos para producirlos de forma industrial, se les añaden grasas, azúcares y sal… Estos, son los que deberíamos evitar en mayor medida.

  1. Elegir aquellos nutrientes que mejor se ajustan a nuestro estilo de vida y organismo. En este sentido, debemos conocer las necesidades específicas de nuestro organismo en función de la edad, sexo y actividad que realizamos. Si somos muy activos y realizamos entrenamientos muy exigentes para ganar masa muscular, debemos priorizar la ingesta de proteínas y grasas saludables; tampoco debemos desdeñar los hidratos de carbono, ya que aportan energía.

Pero si, por ejemplo, estamos pasando por una etapa menos exigente físicamente hablando, será mejor moderar el consumo de hidratos para que no se almacene en forma de grasa la energía no utilizada.También se deben tener en cuenta las intolerancias o alergias alimenticias y, por supuesto, los gustos y condicionantes culturales. 

  1. Atender a la función reguladora de la nutrición de forma que se adapte a los ritmos biológicos de nuestro organismo.

Los nutrientes aportan sustancias que permiten a las células completar las reacciones químicas necesarias para su funcionamiento. En este sentido, es importante aportar al organismo vitaminas y minerales. Estos micronutrientes estimulan el funcionamiento del sistema inmunitario, favorecen el crecimiento y desarrollo normal y ayudan a las células y órganos a desempeñar sus respectivas funciones.

Por ejemplo, el silicio, el calcio y el magnesio fortalecen las estructuras óseas; el silicio, además, desintoxica el cuerpo de metales pesados como el aluminio, una potente neurotoxina que afecta especialmente al cerebro y puede favorecer la aparición del alzheimer, por ejemplo; la vitamina C tiene un efecto antioxidante y es necesaria para el crecimiento y recuperación de los tejidos de todo el cuerpo.

Nutrición integrativa para prevenir enfermedades

Algunos de los objetivos principales de la nutrición integrativa son disminuir los niveles de toxicidad del cuerpo —esto puede lograrse con oligoelementos como el silicio, como hemos visto—, potenciar el sistema inmunológico y optimizar la salud gastrointestinal. Solo así se puede restablecer el equilibrio que nos permitirá sentirnos bien.

Con la nutrición integrativa aportamos a nuestro organismo todos los nutrientes necesarios para la correcta función del organismo. Por eso, la dieta integrativa debe estar adaptada a cada persona, los objetivos nutricionales demasiado generales no logran cambios significativos.

De ahí que la recomendación sea acudir a un nutricionista, o médico especialista en nutrición, que pueda establecer unas pautas alimentarias para cada persona. El profesional conoce los procesos bioquímicos y funciones metabólicas del cuerpo, incluidos los órganos y tejidos específicos y cuál es la dependencia que tienen de ciertos nutrientes. Establecerá la pauta nutricional específica para cada paciente.

Cómo lograr el equilibrio

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El acto de comer, además de placentero, es muy importante para la salud. Ser consciente de ello te permitirá elegir y cocinar los alimentos de la mejor forma posible para tu cuerpo. Para ello:

  1. Traza objetivos tangibles. Es mejor establecer objetivos a corto plazo y sencillos, que pensar en metas a largo plazo que te parezcan casi imposibles de alcanzar.
  2. Sé consciente del momento físico y emocional que atraviesas para determinar exactamente el tipo de alimentación que necesitas.
  3. Elige opciones saludables y desecha los alimentos ultraprocesados que aportan muchas calorías pero escasos o nulos nutrientes.
  4. Mantén el compromiso asumido con los cambios y sé consciente de lo importante que es comer alimentos de calidad.
  5. Suplementa la dieta con opciones naturales que te ayuden a restablecer el equilibrio. 

Los suplementos con silicio, por poner un ejemplo, ayudan a eliminar los metales pesados del cuerpo; especialmente en el caso del aluminio, como ya hemos visto, lo que previene el deterioro cerebral. Productos como el Silicio Orgánico Original de Dr. Loïc le Robault, además, favorecen el bienestar articular y es un producto antiedad altamente asimilable. Este multiporpósito lo convierte en un gran aliado de la nutrición integrativa

Los suplementos también te ayudan a nutrir tu cuerpo cuando la ingesta de alimentos no es suficiente y son una buena fuente de micronutrientes conforme nos hacemos mayores. Por ejemplo, ¿sabías que con la edad disminuye la producción de colágeno necesario para mantener sanas las articulaciones? Por eso, a partir de los 35 años se recomienda ingerir colágeno para suplir esta carencia. Este aporte se verá reflejado en la buena salud articular. 

Por tanto, mejorar la calidad de los alimentos que comes debe responder a tu preocupación de mantener unas óptimas condiciones de salud, y no tanto en mejorar la estética o curar determinada enfermedad. Dada su faceta preventiva, la nutrición integrativa no debe tomarse como una opción cuando ya experimentamos una enfermedad, sino que se basa en nutrirnos adecuadamente para prevenir enfermedades futuras. Así que cuanto antes empecemos, mejor que mejor.

Recuerda que la nutrición integrativa está orientada a lograr un equilibrio óptimo entre la salud física, mental y emocional. Es una filosofía de vida que se elige para sentirse bien y notar sus efectos a mediano y largo plazo. ¡Te animamos a probarla!

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