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Una chica joven sonríe mientras elimina la piel muerta de su cara.

Cómo eliminar la piel muerta: consejos y tratamientos

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La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y está en constante renovación. Cada día, miles de células de la piel mueren y son reemplazadas por otras nuevas. Este proceso natural, aunque vital, puede provocar la acumulación de células muertas en la superficie de la piel, lo que lleva a un aspecto opaco, áspero y sin vida. Si estas células no se eliminan de manera regular, pueden ocasionar problemas como puntos negros, brotes de acné e incluso una textura irregular en la piel.

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En este artículo, vamos a explicar qué es la piel muerta, cómo podemos eliminarla de manera efectiva y qué tratamientos son los más recomendables para mantener una piel suave, radiante y saludable.

¿Qué es la piel muerta?

La piel muerta es el resultado de un ciclo natural conocido como la renovación celular. Este ciclo ocurre aproximadamente cada 28 días, aunque puede variar dependiendo de factores como la edad, el tipo de piel, la salud en general y el entorno. Durante este ciclo, las células más jóvenes se forman en las capas más profundas de la epidermis y empujan a las células más viejas hacia la superficie, donde eventualmente mueren y se desprenden.

Con el paso del tiempo, la renovación celular se vuelve menos eficiente, especialmente a medida que envejecemos. A los 20 años, la renovación celular es rápida y eficiente, pero a partir de los 30 años, este proceso se ralentiza. Esto puede dar lugar a la acumulación de células muertas en la superficie de la piel, lo que provoca un aspecto apagado, seco e incluso desigual. La acumulación excesiva de estas células también puede obstruir los poros, favoreciendo la aparición de acné o puntos negros.

Factores que afectan la acumulación de piel muerta

Aunque la acumulación de piel muerta es un proceso natural, ciertos factores pueden acelerarlo o dificultar su eliminación:

  • Edad: Como mencionamos, el proceso de renovación celular se ralentiza con la edad, lo que hace que la piel muerta se acumule más rápido.
  • Exposición al sol: El sol puede dañar las células de la piel, haciendo que mueran prematuramente y se acumulen más rápidamente.
  • Contaminación: Las partículas en el aire, como el polvo o los contaminantes, pueden obstruir los poros y dificultar la eliminación de las células muertas.
  • Deshidratación: Cuando la piel está seca o deshidratada, las células muertas tienden a adherirse a la superficie, lo que puede hacer que la piel luzca aún más opaca y áspera.
  • Productos cosméticos: El uso inadecuado de productos cosméticos, como el maquillaje o cremas no adecuadas para el tipo de piel, también puede influir en la acumulación de piel muerta.
Primer plano de una chica eliminando la piel muerta de su espalda.

Tratamientos para eliminar la piel muerta

Existen varios métodos para eliminar las células muertas de la piel, y elegir el más adecuado dependerá del tipo de piel y las necesidades individuales. A continuación, describimos algunos de los métodos más efectivos.

Exfoliación física

La exfoliación física es probablemente el método más conocido para eliminar la piel muerta. Consiste en el uso de productos que contienen partículas pequeñas y abrasivas, como azúcar, sal, o microesferas, que al frotarse contra la piel, eliminan las células muertas de manera mecánica. Este tipo de exfoliación también se puede realizar con herramientas, como cepillos faciales o esponjas.

  • Ventajas: La exfoliación física proporciona resultados inmediatos y deja la piel más suave y uniforme al instante. Es ideal para personas que buscan una solución rápida y efectiva.
  • Desventajas: Si se hace de manera incorrecta, puede irritar la piel, especialmente si se usan productos demasiado abrasivos o si se aplica demasiada presión. Es importante ser especialmente cuidadoso en áreas sensibles, como el rostro.

Es recomendable exfoliar la piel de manera física una o dos veces por semana, dependiendo del tipo de piel. Las personas con piel sensible deben optar por exfoliantes más suaves y espaciar más las sesiones de exfoliación.

Exfoliación química

Este tipo de exfoliación utiliza ácidos para disolver las células muertas en lugar de eliminarlas mecánicamente. Los exfoliantes químicos más comunes incluyen el ácido glicólico, el ácido láctico y el ácido salicílico.

  • Ácido glicólico: Proviene de la caña de azúcar y es un alfahidroxiácido (AHA). Este ácido penetra en la piel y ayuda a disolver las células muertas, promoviendo una textura más suave y uniforme. Es ideal para personas con piel seca o normal.
  • Ácido láctico: También es un AHA, pero es más suave que el glicólico. Es adecuado para pieles sensibles o secas y ayuda a mejorar la hidratación de la piel al mismo tiempo que exfolia.
  • Ácido salicílico: Es un betahidroxiácido (BHA) que penetra profundamente en los poros, lo que lo hace ideal para pieles grasas o con tendencia al acné. El ácido salicílico ayuda a prevenir la obstrucción de los poros y trata los brotes.

La exfoliación química es más suave que la física y es ideal para personas con pieles sensibles o que quieren tratar problemas específicos como la hiperpigmentación, el acné o las líneas finas. No obstante, un uso inadecuado de estos productos puede irritar la piel en exceso e incluso llegar a provocar una quemadura química en los casos más graves. Es importante informarse bien sobre los productos que se van a utilizar, sobre sus posibles efectos secundarios en nuestro tipo de piel y, si es necesario, consultar con un profesional antes de llevar a cabo este tipo de exfoliación.

Exfoliación enzimática

La exfoliación enzimática utiliza enzimas naturales, generalmente derivadas de frutas como la papaya, la piña o la calabaza, para disolver las células muertas de la piel. Este tipo de exfoliación es especialmente suave y es una excelente opción para quienes tienen pieles extremadamente sensibles o reactivas.

  • Ventajas: No contiene partículas abrasivas ni ácidos fuertes, por lo que es mucho más suave con la piel. Es ideal para quienes buscan una exfoliación efectiva pero suave.
  • Desventajas: Puede ser menos efectiva para personas con acumulaciones severas de células muertas o problemas específicos como acné o hiperpigmentación.
Primer plano de unos pies en proceso de eliminar la piel muerta.

Consejos para tratar la piel muerta en la cara

La piel del rostro es mucho más fina y delicada que la del resto del cuerpo, por lo que es crucial elegir métodos de exfoliación más suaves y cuidadosos a la hora de tratar y prevenir la piel muerta. Aquí algunos consejos importantes:

  1. Seleccionar productos suaves para exfoliar: Especialmente si tienes piel sensible, opta por exfoliantes enzimáticos o productos con partículas finas y suaves.
  2. Hidratar después de exfoliar: Después de eliminar las células muertas, es esencial aplicar un buen hidratante para mantener la piel nutrida y evitar que se reseque. Las cremas y sérums con ingredientes naturales como Silicium Rosa Mosqueta o Silicium Serum + Elixir Esencial son perfectas para cuidar la hidratación y prevenir las líneas de expresión al mismo tiempo.
  3. Adaptar la frecuencia al tipo de piel: La exfoliación excesiva puede dañar la barrera cutánea. En pieles secas o sensibles, una exfoliación semanal suele ser suficiente, mientras que las pieles grasas pueden beneficiarse de una exfoliación más frecuente.
  4. Utilizar exfoliantes químicos con cuidado: Siempre sigue las instrucciones de los productos químicos, ya que su uso inadecuado puede provocar irritaciones o manchas.
  5. Cuidar la alimentación: Una alimentación equilibrada, sobre todo si se complementa con una suplementación adecuada, ayuda a cuidar la piel desde dentro, mejorando tanto su salud como su aspecto. Complementos alimenticios como G7® Beauty favorecen la hidratación y reestructuran la piel, además de prevenir el envejecimiento y ayudar a disminuir las manchas faciales.

La exfoliación, esencial para una piel saludable

Eliminar la piel muerta es un paso esencial para mantener un cutis saludable, suave y radiante. Existen diferentes métodos de exfoliación, desde los físicos hasta los químicos y enzimáticos, cada uno con sus propios beneficios. Lo más importante es elegir el tratamiento adecuado para tu tipo de piel y complementar la exfoliación con una buena hidratación y protección solar. Con el cuidado correcto, podrás disfrutar de una piel luminosa y renovada durante todo el año.

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