¿Qué ocurre en nuestro organismo cuando tomamos silicio?

" El silicio es un elemento esencial y constituye un instrumento terapéutico de amplio espectro. Y, sin embargo, la silicoterapia continúa siendo hasta la fecha una posibilidad poco conocida. El carácter fundamental de su importancia biológica ha sido descubierto recientemente. Con las experiencias recopiladas en estos años, se cumple la predicción de Pasteur en 1878: “el silicio está llamado a revolucionar nuestros métodos terapéuticos”. El silicio en forma de cuarzo, tiene unas propiedades sorprendentes, denominadas piro y piezoelectricidad, una presión mecánica en la superficie de este tipo de sílice y también un cambio de temperatura también generan una corriente eléctrica. Su capacidad de regular las frecuencias de las señales lo hace básico en los instrumentos de precisión utilizándose también en los microprocesadores.


¿Tiene también una acción a nivel eléctrico en nuestro organismo?


La amplia y eficaz acción del silicio orgánico a nivel articular, inmunitario, hepático u óseo, hace pensar que todas las células del organismo son reforzadas por su acción a un nivel eléctrico. En este sentido realiza un papel muy importante como intermediario de transporte de electrones amplificando los impulsos entre distintas moléculas. Ello ya fue sugerido por los científicos Vincent, pionero de la Bioelectrónica, y después Fazekas, Schafer, Chandler y Bornens basándose en la presencia de silicio en las mitocondrias, las centrales energéticas de las células, le suponen un papel de primer orden en el transporte energético intra e intercelular.
 En los centriolos también se le supone un papel de esta índole, actuando como un cuarzo regulador de impulsos o señales de frecuencias muy estables que rigen el movimiento del centriolo. Su facilidad para intercambiar electrones, actuando como transportador, facilita la acción de los sistemas antioxidantes que proporcionan estos electrones, bloqueando radicales libres que tanto afectan a las mitocondrias y así favorecer al sistema inmune.Hay que tener en cuenta que varios estudios científicos prueban que todo desorden del organismo proviene de un desequilibrio eléctrico celular: una célula en buen estado está eléctricamente en perfecto equilibrio, pero una célula deficiente, (por enfermedad, envejecimiento) presenta polos desequilibrados. 

El silicio orgánico está cargado en los extremos de iones positivos y negativos que intervienen en el organismo para restablecer la polaridad de las células deficientes liberando o intercambiando según los casos, iones positivos o negativos. Sería un reequilibrante iónico del conjunto del organismo, cuya acción contribuiría a dar a las células de este, la energía necesaria para luchar contra agresiones externas. Puede ser la explicación a las sensaciones de calor o frío, o de punzadas eléctricas, que los pacientes sienten que circula en su organismo, a veces solo algunos minutos después de la absorción o aplicación del silicio orgánico y que preceden a las mejoras del estado general. El científico Jean Calcagni no dudó por ello en resaltar “la importancia de este mineral para los procesos metabólicos y para la vida celular en los animales superiores”. La investigadora A. Mary, por su parte, resaltaría que “el silicio puede activar notablemente la fagocitosis, contribuir a la mineralización del suero sanguíneo y de los órganos debilitados, y regenerar las células al excitar la ósmosis. Su acción, sea preventiva sea curativa, se deduce naturalmente de sus propiedades físico-químicas, de su constancia y de su rol osmótico en la célula organizada”. En resumen la acción del silicio orgánico de Loïc Le Ribault sobre el organismo se explica por su biodisponibilidad y su acción en la síntesis de colágeno y elastina y su papel estructural en los glicosaminoglicanos, pero también interviene su alto poder reactivo, a nivel de regulador del potencial eléctrico a nivel de la membrana celular y su capacidad de transmisión de la comunicación intercelular."

*Qui a peur de Loïc Le Ribault ? 

*CARLISLE EM. Silicon as an essential element. Fed Proc 1974;33:1758-66.

 

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